blurblog en newsblur

31.3.09

cucharas

Estoy leyendo un "libro acuático" (maravillosa cosa: no se deshace cuando se moja) de textos algo simplones de un señor llamado Luis Piedrahita titulado ¿Cada cuándo hay que lavar un pijama?

Leí un párrafo que es la descripción exacta de mi trabajo, sólo que con cucharas:
"Puede ser, por ejemplo, cucharilla de azucarero. Todos los cubiertos la envidian: '¡Qué vida tan dulce! ¡Oh, qué envidia!' Pero de eso nada. Es la dulcísima amargura de la cuchara que ya no disfruta del azúcar. Es como ese gasolinero al que ya no le hace ilusión el olor a gasolina. De hecho, a la pobre le sale una costra que empieza siendo blanca y acaba siendo marrón."

24.3.09

This is just to let you know

Ten copies
of the book
are on their way
to Paris

and will
be delivered
to the address
you sent

The tracking
number is:
2486714

18.3.09

cosas que aprendí antes de los 30

1. A todas las mujeres les gusta, les encanta, comprar cosas nuevas. Cuando veas a alguna mujer y no tengas nada qué decirle, puedes intentar: "Qué bonito tu [accesorio], ¿es nuevo?"
2. Los taxistas, los traductores y los dentistas son muy parecidos. Sólo los hay de dos tipos: los que quieren hablar todo el rato y los que no quieren que les dirijas la palabra. Supongo que será la soledad del oficio.
3. Nadie va por el mundo buscando comprar un mazo de cartas de poker.
4. Los placeres instantáneos dan más placer si hay tiempos de crisis.
5. La gente siempre juzga los libros por sus cubiertas. Hasta que los leen, claro. De hecho, puedes saber si alguien es un lector con el siguiente test: pregúntale cuál es el libro que más le haya gustado en los últimos meses y por qué; si te describe la portada, no lo leyó. Nadie va por la vida pensando que qué bueno estaba eso de Cien años de soledad porque "qué bonita cubierta".
6. Nunca subestimes el poder de un chocolate para ganarte pequeños favores.
7. El que alguien te haga reír no significa que sea tu amigo.
8. Hay extraños que te marcan más que tu familia sin siquiera convivir con ellos.
9. Si sabes los dos apellidos de alguien quiere decir que o los conociste antes de la universidad, o llevas mucho tiempo en tu trabajo.
10. Dos veces no es siempre casi nunca.
11. Dos veces es siempre, a veces.
12. No puedes tener demasiado amor, pero sí demasiado queso.
13. Si deseas algo realista y lo intentas, es probable que se te cumpla. El problema con los deseos es que se necesita mucho discernimiento para distinguir la tenue línea entre los realistas y los imposibles.
14. Hay que tener cuidado con los deseos que se cumplen. También con los que no, porque se pueden cumplir en el peor momento.
15. Enamorarse es como encender la tele y que justo empiece la película que siempre quisiste ver.
16. El valor de una buena comida es inconmensurable.
17. Comprar algo de marca sólo por la marca es de idiotas. Pero todos lo hacemos, unos con más frecuencia que otros.
18. El dinero vale más cuando apenas alcanza que cuando tienes de sobra o debes mucho.
19. Los estereotipos por países son tan fallidos, o tan acertados, como los zodiacales.
20. No hay dinero suficiente en el mundo para hacerte correr si tienes ampollas en los pies.
21. Manda a hacer unas tarjetas de presentación (personales) lindas y lleva un par encima siempre.
22. Hay que revisar las cuentas de correo antiguas al menos una vez a la quincena.
23. Cuando alguien es tu ex, lo es para siempre.
24. Puedes aprender más en un mes traduciendo obsesivamente la wikipedia que en un curso universitario (y no por el contenido de lo traducido).
25. Criticar a la gente por tener mal gusto es de mal gusto.
26. A menos que la hayas compuesto tú mismo, el mundo no quiere saber qué tipo de música te gusta. Bájale.
27. Las faltas de ortografía no sirven para separar a los buenos escritores de los malos, pero sí ayudan en el 99% de los casos.
28. Hay que respaldarlo todo, incluso las viejas cartas de amor.
29. Una buena contraseña que incluya números, que sea fácil de cambiar con frecuencia y que no se te olvide vale su peso en uranio.
30. La mala poesía es como un bisoñé: se ve desde lejos.