Soy un pequeño párrafo destinado a la inmortalidad literaria. Estoy perfectamente construido para la posteridad. Porto y exhibo con orgullo la puntualidad de mis puntos, y de mis comas. Soy bastante altanero en lo que a la exactitud y belleza de mis recursos y tropos se refiere. Yo estaré aquí cuando los dedos que me escribieron y los ojos que hoy me leen ya se hayan ido. Sin embargo, el destino es cruel y año tras año, curso tras curso, maestros y grupos de alumnos me estudiarán. Diseccionarán mis palabras, cortarán mi ritmo y me buscarán nuevos sentidos. Algunos creerán entenderme, otros memorizarán mis nombres, no faltará quien me cite y me recite. Así, poco a poco, me convertiré en referencia básica y luego en lectura obligatoria. Al final, cuando mi orden exacto se haya olvidado, mis comas se hayan perdido y mis significados sean sinónimos, ya no seré más. Me habré liberado al fin y mi sitio será ocupado por un lugar común.
1 comentario:
Inquietante y muy emotivo... y real. Me ha emocionado.
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