A veces, de vez en cuando, en ocasiones me da por preguntarme si esto vale la pena...
Bueno, al fin, es gratis...
Instrucciones para usar este blog: leer. Si el título empieza con mayúscula, el texto es un cuento o ensayo; si no, pues no.
blurblog en newsblur
25.11.04
22.11.04
Caput
Se había decretado el Fin del Mundo para el año siguiente. Para tal Fin, una vez avisados de su suerte, los hombres debían morir, según el método de su elección de entre los siguientes:
-- Morir de Sueño;
-- Morir de Aburrimiento; o
-- Morir de Amor.
Desde que se proclamó el Fin, la mayoría había elegido la Muerte de Sueño puesto que, al parecer, ofrecía las mayores ventajas. Entre éstas se contaban la posibilidad de pasar largas noches observando las estrellas y, pasados cinco o siete semanas de insomnio forzado, el poder descansar, al Fin, en paz.
La opción menos popular había resultado ser la Muerte por Aburrimiento, la cual consistía en obligar la persona a leer, sin descanso, las Obras Completas de Justo Sierra, varias revistas de Filosofía e Ingeniería del Subsuelo editadas en Paraguay u Honduras, y La historia completa de la agricultura en la zona norte de Tlaxcala, en seis volúmenes. Esto se combinaba con proyecciones repetidas de un cierto documental sobre larvas y presentaciones teatrales de Cats a cargo de una compañía Eslovaca de teatro amateur. El remate era hacer que la persona pasara al menos seis horas al día atorado en un embotellamiento dentro de un auto chico y sin radio. Por si fuera poco, el Fin tardaba en llegar algo más que en los otros métodos.
Un caso especial, sin embargo, fue la Muerte de Amor. Esto se debió al alto número de quejas recibidas porque con mucha frecuencia las rápidas muertes se sucedían de dos en dos, sobre todo cuando uno de los occisos no había sido obligado a elegir una opción de muerte aún. Se intentó una medida que obligaba a las personas a llevar a cabo sus procesos de muerte enamorándose únicamente de otros(as) que hubiesen elegido el mismo método. No obstante, cuando pasados algunos meses nadie había vuelto a fallecer siguiendo la nueva regla, la opción de Morir de Amor se suspendió, de manera terminante, hasta que llegase el Fin por sí sólo.
20.11.04
¡feliz cumpleaños querido blog!
Este blog cumple años por estas fechas que circundan la conmemoración (un tanto devaluada) de la Revolución Mexicana, llena de sombreros y personajes dignos de mejor literatura y suerte.
Sin más, y como no supe qué darle de regalo, le doy a mi blog un cuento, a continuación. Espero lo disfrute.
Sin más, y como no supe qué darle de regalo, le doy a mi blog un cuento, a continuación. Espero lo disfrute.
16.11.04
Poker
Las cartas estaban sobre la mesa. De un lado una escalera al ocho, del otro un full de sietes. Alrededor de las cartas todo estaba dispuesto para la mano de poker: las fichas, el dinero a un lado, los ceniceros, el paño verde, los cacahuates. Pero no había nadie jugando. La habitación parecía haber sido abandonada justo en el momento en el que el ganador de la partida --el full de sietes, claro-- debía haber abarcado la mesa con sus manos para recolectar sus ganancias.
Eso encontré al entrar. La partida estaba esperándome. Tomé el mazo de cartas de la mesa y me repartí cinco cartas. Las miré, manteniendo el semblante impasible. La cosa pintaba bien, así que cambié dos de ellas. Al mirarlas de nuevo supe que todo estaba decidido. Las coloqué sobre la mesa, sonriendo --cuatro ases y un cinco. Después conté las fichas que correspondían al ganador y tomé el dinero exacto, ni un céntimo más. Salí entonces a la calle a dejar que los otros jugadores me encontraran. Lo harían, sin duda, tarde o temprano: uno no olvida nunca el rostro de aquel que, aun con una buena mano, le ha ganado al poker descaradamente.
Eso encontré al entrar. La partida estaba esperándome. Tomé el mazo de cartas de la mesa y me repartí cinco cartas. Las miré, manteniendo el semblante impasible. La cosa pintaba bien, así que cambié dos de ellas. Al mirarlas de nuevo supe que todo estaba decidido. Las coloqué sobre la mesa, sonriendo --cuatro ases y un cinco. Después conté las fichas que correspondían al ganador y tomé el dinero exacto, ni un céntimo más. Salí entonces a la calle a dejar que los otros jugadores me encontraran. Lo harían, sin duda, tarde o temprano: uno no olvida nunca el rostro de aquel que, aun con una buena mano, le ha ganado al poker descaradamente.
14.11.04
Más allá de lo evidente
Te he perdido de vista. Pero sólo de vista. Sé que estás frente a mí, pero no te veo. Ahora, seguramente, aprovecharás la oportunidad y escaparás, huirás de mí, de mis obsesiones, mis paranoias, mis persecuciones. Anda, vete: no puedo detenerte, aunque quisiera. Pero perfeccionaré mi sentido del olfato y, tenlo por seguro, algún día te encontraré. Perseguiré sin descanso el olor de tu miedo, hasta que no le quede más remedio que convertirse, por simple costumbre, en el aroma del amor.
10.11.04
el chorrillo y la literatura medieval
Mi amigo José Antonio "El Cholo" De la Riva Fort acaba de publicar, felizmente, su novela "Santo Pañal" en Perú. Me lo encontré en el messenger y me lo contó, para deleite de quien esto escribe.
Enhorabuena por el Cholito, ya se veía venir. Un buen ejemplo de esfuerzo literario y estudios dessolemnizados, es lo que espero de la novela en cuanto la tenga en mis manos y la pueda leer.
Mientras tanto trancribo aquí la nota, a la que se puede accesar haciendo click arriba o aquí. Sobre todo no hay que perderse la foto de él en lancha, sobre, claro, el Chorrillo.
Enhorabuena por el Cholito, ya se veía venir. Un buen ejemplo de esfuerzo literario y estudios dessolemnizados, es lo que espero de la novela en cuanto la tenga en mis manos y la pueda leer.
Mientras tanto trancribo aquí la nota, a la que se puede accesar haciendo click arriba o aquí. Sobre todo no hay que perderse la foto de él en lancha, sobre, claro, el Chorrillo.
Odisea Peruana
Viaje en lancha chorrillana a la literatura clásica y medieval.
HACIENDO alarde de sus conocimientos en lo que a literatura clásica se refiere, Jose Antonio de la Riva acaba de publicar "El Santo Pañal", hedonista novela que, si peca, "lo hace más por excesiva que por defectuosa", según dice. "Y en ese sentido", agrega, "es muy pecaminosa". Inspirado principalmente por Homero, Apolonio, Virgilio, Cervantes, Asterix y Obelix, esta historia de aventuras está plagada de referencias evidentes y a veces casi imperceptibles que dan un valor agregado a la primera obra de quien estudia Filología Clásica en la U. de Salamanca, España. Calificada por el autor como helenista y postmoderna, la obra plantea un universo utópico donde los incas someten a los españoles ("es mi venganza personal", dice De la Riva), la biblia es un cuento de hadas, todas las drogas valen y no es posible el amor si éste no es `lindo'.
Klo, Beni y Esbúrgwal, los héroes, salen en busca del único talismán capaz de salvar la vida del rey. Para conseguirlo, deberán pasar tres obstáculos que pondrán a prueba la trinidad conformada por sus habilidades y sus formas de ser en una épica en la que no hay sangre. Significa, en lo que a literatura joven nacional se refiere, un cambio de rumbo ya que, por una vez, la historia no cuenta las tribulaciones de una familia burguesa, no reúne alaridos drogados y envueltos en humo de discotecas y no intenta ser una crónica de los pesares peruanos. Sin duda, una novela interesante. (R. Massa)
5.11.04
diezmil
El día de hoy, 5 de noviembre, a casi un año del natalicio de este espacio, contaremos, en algún momento, con la presencia del visitante número 10,000 a este, su blog de confianza.
Platicando con Cons le decía que si sólo el 10% de los visitantes se tomó la molestia de leer algo, ya he tenido más lectores que si hubiera publicado un libro (cuyo tiraje será, cuando lo logre, cercano a los mil ejemplares, si bien me va).
Por ello, agradezco sinceramente a todos los que se han detenido a leer al menos un post o un cuento, a todos aquellos que se han tomado la molestia de dejar sus comentarios, y también a los que vinieron, disfrutaron y silenciosamente no dejaron huella. Esto no tendría ningún sentido sin ustedes.
¡Hoy Tendremos el Visitante Número 10,000!
Platicando con Cons le decía que si sólo el 10% de los visitantes se tomó la molestia de leer algo, ya he tenido más lectores que si hubiera publicado un libro (cuyo tiraje será, cuando lo logre, cercano a los mil ejemplares, si bien me va).
Por ello, agradezco sinceramente a todos los que se han detenido a leer al menos un post o un cuento, a todos aquellos que se han tomado la molestia de dejar sus comentarios, y también a los que vinieron, disfrutaron y silenciosamente no dejaron huella. Esto no tendría ningún sentido sin ustedes.
¡Hoy Tendremos el Visitante Número 10,000!
1.11.04
leucocitos desparramados
Fui al médico.
Más bien, fui al tercer médico que veo desde hace cinco meses, y me encontré en un edificio que, claramente, había tenido su mejor época en abril de 1976.
Sin embargo, ante lo viejo de las instalaciones, los muebles y las puertas, no me dejé amedrentar por las apariencias y valientemente esperé, en la muy venida a menos sala de espera, a que el médico me recibiese.
No pasó mucho tiempo antes de que estuviera frente a él, un doctor joven y atento, aunque un poco gordo, que me pidió le describiera mi condición.
Para no hacer el cuento largo, le dije por qué exactamente me sentía mal, pero sobre todo le dejé muy en claro que ya estaba francamente desesperado porque mi condición de enfermedad no salía nunca en análisis alguno que me hiciera, por lo cual ya estaba pensando que, en efecto, toda la enfermedad estaba simplemente en mi cabeza.
Él me miró y me dijo, he visto esto antes, y procedió a, en un cuarto preparado para ello, oscultarme y manipular mi cuerpo de tal forma que pudiera extraer una muestra del sitio que, ambos creíamos, estaba infectado.
Una vez obtenida la muestra, el médico la colocó debajo de un microscopio, enfocó con unos movimientos rápidos de sus dedos y me invitó a mirar a través del lente.
Frente a mí estaba un mundo que yo sólo había estuidado en los laboratorios de biología de mi educación media superior, a los que nunca había prestado demasiada atención. Sólo que en este caso todo era distinto: se trataba de mis propios fluidos y habitantes corporales.
Pude ver más de 12 círculos transaprentes, muy estáticos, rodeados de alrededor de 8 ó 9 puntos negros pequeños que se retorcían y se movían a una velocidad comparativamente mucho más rápida.
Mientras observaba, el doctor me dijo: los puntos negros rápidos son las bacterias, los círculos transparentes son tus leucocitos (glóbulos blancos, defensas del sistema inmune). ¿Puedes ver que algunos de los leucocitos están como desparramados?
Efectivamente, más de 3 de los círculos blancos parecían haber sido aplastados, como si la capa que los rodeara se hubiera desparecido.
Sí, dije, preocupado.
Eso quiere decir que la infección todavía está en su apogeo, dijo él.
Pero ya he tomado kilos de antibiótico, le dije.
Sí, pero en estos casos en específico hay que hacer una rotación de antibióticos para acabar con la infección, no basta con tomar un solo remedio por mucho tiempo.
Minutos después yo ya estaba en la calle, con una cita para 15 días después, una serie de recetas y recomendaciones nuevas, y un poco de alivio.
No me siento mucho mejor, o más bien, el alivio no ha sido inmediato, pero ahora al menos ya sé qué es lo que tengo.
Malditas bacterias, malas inquilinas, tercas, infames.
Hoy puedo decir que soy absolutamente empático con mis, desparramados, luchadores (blancos, como El Santo), leucocitos.
Más bien, fui al tercer médico que veo desde hace cinco meses, y me encontré en un edificio que, claramente, había tenido su mejor época en abril de 1976.
Sin embargo, ante lo viejo de las instalaciones, los muebles y las puertas, no me dejé amedrentar por las apariencias y valientemente esperé, en la muy venida a menos sala de espera, a que el médico me recibiese.
No pasó mucho tiempo antes de que estuviera frente a él, un doctor joven y atento, aunque un poco gordo, que me pidió le describiera mi condición.
Para no hacer el cuento largo, le dije por qué exactamente me sentía mal, pero sobre todo le dejé muy en claro que ya estaba francamente desesperado porque mi condición de enfermedad no salía nunca en análisis alguno que me hiciera, por lo cual ya estaba pensando que, en efecto, toda la enfermedad estaba simplemente en mi cabeza.
Él me miró y me dijo, he visto esto antes, y procedió a, en un cuarto preparado para ello, oscultarme y manipular mi cuerpo de tal forma que pudiera extraer una muestra del sitio que, ambos creíamos, estaba infectado.
Una vez obtenida la muestra, el médico la colocó debajo de un microscopio, enfocó con unos movimientos rápidos de sus dedos y me invitó a mirar a través del lente.
Frente a mí estaba un mundo que yo sólo había estuidado en los laboratorios de biología de mi educación media superior, a los que nunca había prestado demasiada atención. Sólo que en este caso todo era distinto: se trataba de mis propios fluidos y habitantes corporales.
Pude ver más de 12 círculos transaprentes, muy estáticos, rodeados de alrededor de 8 ó 9 puntos negros pequeños que se retorcían y se movían a una velocidad comparativamente mucho más rápida.
Mientras observaba, el doctor me dijo: los puntos negros rápidos son las bacterias, los círculos transparentes son tus leucocitos (glóbulos blancos, defensas del sistema inmune). ¿Puedes ver que algunos de los leucocitos están como desparramados?
Efectivamente, más de 3 de los círculos blancos parecían haber sido aplastados, como si la capa que los rodeara se hubiera desparecido.
Sí, dije, preocupado.
Eso quiere decir que la infección todavía está en su apogeo, dijo él.
Pero ya he tomado kilos de antibiótico, le dije.
Sí, pero en estos casos en específico hay que hacer una rotación de antibióticos para acabar con la infección, no basta con tomar un solo remedio por mucho tiempo.
Minutos después yo ya estaba en la calle, con una cita para 15 días después, una serie de recetas y recomendaciones nuevas, y un poco de alivio.
No me siento mucho mejor, o más bien, el alivio no ha sido inmediato, pero ahora al menos ya sé qué es lo que tengo.
Malditas bacterias, malas inquilinas, tercas, infames.
Hoy puedo decir que soy absolutamente empático con mis, desparramados, luchadores (blancos, como El Santo), leucocitos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)