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2.6.11

las cuentas editoriales de orsai

Leo con un poco de detenimiento y aprehensión lo que escribe Hernán Casciari hoy en su blog, la entrada titulada Adiós, industria editorial. Después de leerlo puedo concluir, con casi absoluta certidumbre, que Casciari está en un error, que está equivocado. Así como lo plantea, el fin de la industria editorial no va a ocurrir nunca.

Aclaro una cosa antes de seguir: nada me gustaría más que estar yo en un error y que Casciari saliera triunfante, escupiendo en la cara del cadáver de la industria editorial. Esto no es para aguar la fiesta, no. Es para decir, como quien ve que un conocido suyo se pone como voluntario para probar un nuevo tipo de paracaídas, "buena suerte, la vas a necesitar".

En resumen, Casciari dice que la industria editorial le roba a todos los autores. Su plan, para "salir del bucle de la estafa editorial" se comprende de diez puntos, que comento a continuación:
  1. Publicar lo que le gusta y nada más. Hasta aquí vamos bien, no hay mejor cosa.
  2. La firma del contrato sin abogados. Muy bien, pero da lo mismo: en ningún lugar del mundo un convenio firmado sin abogados, pero con cláusulas legalmente ejecutables y con los firmantes en pleno uso de facultades, es ilegal o carente de validez.
  3. Precios razonables. Bien, no se puede pedir más. 
  4. El autor percibirá el 50% del precio del libro. Ja. Hasta aquí llegaron las buenas ideas. Empiezo a analizar por aquí no bien acabe el "decálogo".
  5. Contratos con vigencia de 12 meses. Ok. Esto es casi indistinto, aunque juega en contra de Orsai.
  6. Ventas auditadas y transparentes al autor y cobros semanales de regalías. ¿Semanales? Es de risa loca; explico más abajo.
  7. Los derechos de la obra le pertenecen al autor por la eternidad. No sé qué contratos hayan firmado antes Casciari y Altuna, pero al menos en México, esto no sólo no se firma sino que además es un derecho irrenunciable. 
  8. Cualquier malentendido se resolverá entre particulares. ¿Y si quieres demandar al autor o él a ti, qué? ¿No pueden ir a un tribunal como es su derecho? Esto ya es como absurdo.
  9. Última: Si el sistema funciona, la industria editorial deberá explicar por qué sigue pensando que los autores somos imbéciles y los lectores somos piratas. Primero, por más que quisiéramos, la industria editorial no le debe explicar nada a nadie, y segundo, esto no va a funcionar, y ahora sí explico por qué.

Perdonen ustedes las matemáticas, pero sólo así se explica esto sin caer en filosofías o que crean que es un ataque.

El libro de Horacio Altuna tiene 80 páginas de papel couché o estucado a todo color, empastado en tapa dura. Cuesta, puesto en Argentina, 15 euros (va aumentando según la distancia, como es lógico, por el envío).

Asumimos entonces que el libro cuesta 12 euros sin envío (si se piden tres sale el envío "gratis" y eso cobran; aunque el costo del envío tiene que salir de algún lado).
De esos 12 euros, porque me imagino que han sido lo suficientemente previsores como para no pagar regalías sobre el envío también, pagarán 6 euros al autor, al 50% de regalías según dice arriba.

De esos 6 euros que quedan, tienen que salir los gastos. Primero asumamos un euro, por ejemplar, de gastos de almacenaje, sobres, empaquetado y administración de envíos.

De los 5 que quedan tienen que salir los costos editoriales completos. Esto, pensarán muchos, debe ser sencillo, pero no lo es tanto. Hagamos un ejercicio con este ejemplo.

El precio más barato en Argentina y en México que se puede encontrar por un trabajo decente de corrección y maquetación o diagramación de un libro a color con escaneos y un poquitín de diseño es de aprox. 5.50 euros por página. Esto quiere decir que la edición del libro le cuesta a Orsai unos 440 euros (aclaro, con un buen amigo que cobre barato). Supongamos, aunque son cuentas muy alegres, que este fue el único costo de los interiores.

Todavía nos queda por calcular los costos de imprenta. Aquí, como muchos saben o intuyen, los costos bajan según aumenta la tirada, o el número de ejemplares producidos. Sin embargo, los costos no varían demasiado entre los 800 y los 1,000 y luego no varían casi nada entre los 1,000 y los 4,000 ejemplares. Para un libro de las características que plantea Casciari, el libro debe costarle, tan sólo la impresión, entre 4.60 euros en tiradas bajas y 3.20 euros en tiradas altas, esto, aclaro, a muy buenos precios.

¿Cuántos ejemplares va a editar Orsai? Quién sabe. Me imagino que por eso la preventa; de cualquier modo, y por ser buena onda, digamos que la impresión del libro le cuesta a Orsai 3.20 euros por ejemplar, porque llegaron pedidos por 2800 e hicieron 3000. Esto le deja a la editorial  una ganancia de 1.80 euros por ejemplar.

Todo esto menos, claro, la tasa de transacción fija por ventas en internet, que en PayPal es de 3.5%, de cada venta sobre el precio total. También menos el costo de la edición los 440 euros de arriba, es más fácil pensar que no le ganan nada de dinero a los primeros 340 libros.

Todo esto deja una ganancia por ejemplar para la editorial de 1.30 euros, más o menos.

La inversión inicial de editar 3,000 ejemplares del libro en este escenario es de 10,040 euros.

Suponiendo que se vendan los tres mil ejemplares, el autor ganaría un total de 18 mil euros, y Orsai 3,458 euros que en este escenario irían a pura utilidad, profit, $$$$.

Pues no suena mal; sí se puede. Tal vez.

Sin embargo, pensemos que los gastos de todos los días (sueldos [porque la editorial no es uno], luz, agua, renta, teléfono, internet, papelería, gasolina y demás gastos fijos) se estiman al 7% del precio de venta (en este caso, 0.84 euros).
Si lo añadimos a los gastos corrientes (que deberíamos) eso se come más de la mitad de la utilidad de la editorial y quedarían sólo 938 euros de ganancia por toda la tirada.

Más allá de las cuentas, he aquí las razones por las que esto no funcionará, a pesar de la ganancia de vender los tres mil ejemplares:

  1. Los libros de Altuna, y los demás que publique Orsai, no estarán en librerías tradicionales, no a este precio, nunca. Esto, en América Latina, donde al día no creo que se venda ni un libro en internet por cada 500 que se venden en librerías, es mortal. Para venderse en librerías tradicionales, como los de las editoriales que abandonaron, este libro de Orsai debería costar al menos 18 euros en Argentina y 25 euros en México, con una utilidad igual o menor a la de arriba y a un precio por completo fuera de mercado para un libro de esas características.
  2. No hay dinero para difusión. Todo depende del lanzamiento inicial. De Twitter no pasa. Cualquier gasto adicional que se haga saldrá del dinero de editar otros títulos. Olvídense los autores de presentaciones y comunicados de prensa de forma tradicional, también.
  3. No hay modo de reimprimir. Los costos no lo permiten. ¿Cuántos reimprimirán si se acaban los primeros y quieren seguir vendiendo? Hacer muchos es suicida y hacer pocos significaría perderle a cada uno. El resultado: una editorial de una sola tirada y ya. Sin permanencia, sin difusión y sin disponibilidad, a Altuna le convendría más asociarse con una imprenta y hacer los que le compre la gente en su blog, a precio de print on demand.
  4. Supongamos que el atractivo es suficiente como para decir: muy bien, si ganamos mil euros con un libro, hagamos 10 libros y ganemos 10 mil euros. Sí, pero... se necesita diez veces el capital inicial para hacer diez libros, o dos veces el capital para hacer de dos en dos. La recuperación no es inmediata y nada te garantiza que venderás los mismos ejemplares de cada libro. Probablemente después de que pase la novedad de la editorial Orsai, las ventas de los títulos siguientes caigan bastante; ignoro cuántos ejemplares vendieron del segundo número número de la revista, pero me imagino que ni por error fueron los 10,000 del primer número y lo mismo sucederá con los libros.
  5. Razón bursátil: si meto los 10,040 euros que cuesta la edición a una inversión, lo más probable sea que al final del año termine con una ganancia similar a la de vender toda la edición, sin mover un dedo (9% anual). Las ganancias de la industria editorial, en el mundo, se calculan en un promedio del 7-8% anual. En México, es como del 6-7%.
  6. Última y la más importante: editando 4 revistas y 6 u 8 libros al año, atendiendo a autores para cobrar colaboraciones, a cortes de regalías semanales (a 6 libros por año, sale a 312 cortes de regalías al año, casi uno diario), persiguiendo al diseñador y formador, buscando nuevos títulos, tratando de hacer ruido y publicidad en internet, viendo si ya hace falta reimprimir (si lo hacen), renegociando cada año cada contrato (el primer año 6, al segundo 12, y así) y etc., etc., etc., a Casciari no le va a quedar tiempo de escribir. Nada. O no le va a quedar ganancia por pagarle a alguien que haga su trabajo para que le quede tiempo de escribir. Y esto, si no cualquiera de las razones anteriores, será el fin la editorial Orsai.

Repito: ojalá, de verdad, alguien venga en dos años a decirme lo equivocado que estaba. Mientras tanto, y de todo corazón: buena suerte, Casciari.

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