Resulta que el mexicano
Carlos Slim Helú Aglamaz [wiki:es] es ya,
de acuerdo con este artículo, el hombre más rico del mundo.
Más que
Bill Gates, más que
Warren Buffet [chistoso que un billonario se apellide buffet, si lo piensas], más que
Kebawah Duli Yang Maha Mulia Paduka Seri Baginda Sultan Haji Hassanal Bolkiah Al-Mu'izzaddin Waddaulah ibni Almarhum Sultan Omar Ali Saifuddien Sa'adul Khairi Waddien, Carlos Slim es el hombre más rico de este planeta y el quinto más rico de toda la historia moderna (
detrás sólo de nombres como Rockefeller, Carnegie, etc.).
Su fortuna, valuada en aproximadamente 67 mil 800 millones de dólares, alcanzaría para darle 7,400 pesos a todos y cada uno de los mexicanos (o sea, mínimo que invite las chelas, ¿no?).
La gran diferencia es que, al contrario de sus vecinos Bill y Warren, e incluso Rockefeller, Astor y Carnegie, Carlitos Slim (según una entrevista reciente que leí en cierta revista de negocios que llegó a mis manos por caminos ocultos)
no piensa donar más dinero del que ya ha destinado a donaciones, nunca más. Lo que piensa hacer es comprar grandes extensiones de terrenos en todo México y América Latina, construir en ellos centros comerciales e industriales, fraccionar el resto en unidades habitacionales y, así, "impulsar el desarrollo de cada región". Todo suena muy bien hasta que uno lo piensa detenidamente y se da cuenta de que:
- Aunque las rentas de los comercios y las casas sean muy baratos, en realidad no tienen nada de filantropía: se trata de hacer más y más negocio.
- La cantidad que efectivamente ya "dona" Slim al año es esencialmente ridícula con respecto a su fortuna.
- Telmex, su empresa fuerte, sigue siendo efectivamente un monopolio en México; américa Móvil va muy rápido siguiendo su camino en el mundo de habla hispana.
En vista de lo anterior, y haciendo cuentas a ojo volador (pensando que más o menos 12 millones de mexicanos viven en la pobreza extrema, es decir, con poco más de un dólar al día), debería estar prohibido que mexicano alguno tuviera en su poder más de 5 millones de dólares (y tal vez otros cinco o diez en fideicomisos para el retiro o para sus hijos). Todo lo demás debería ser tomado por el estado y donado a fundaciones, beneficencias y usado para programas sociales, aunque fuera para instituciones tan dispares como [el prostituido] teletón, o el
CONACYT (dios sabe que este país necesita un verdadero impulso a la investigación), o la UNAM, recién nombrada
Patrimonio Cultural de la Humanidad según la UNESCO.
Usar ese dinero sobrante (nadie necesita más de 50,000,000 de pesos para vivir muy bien) para ayudar a los que menos tienen. Pero no simplemente regalar el dinero, sino manejarlo: dar préstamos, becar, crear oportunidades.
¿Que soy comunista? Bueno, tal vez un poco.
¿Socialista? También, un poco más que comunista, eso sí.
¿Anticapitalista? No tanto.
La filosofía a seguir es la siguiente: si los que tienen demasiado donaran el "sobrante" para que los que tienen menos tuvieran más, todos viviríamos mejor; los pobres más tranquilos, los ricos más seguros y los que estamos en medio sin tanta neurosis.