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11.8.04

el fardo en la palabra

Me entero, con un poco de sorpresa, que ha muerto Fernando Lázaro Carreter, lingüísta distinguido y miembro de la Real Academia de la Lengua Española, quien dedicó gran parte de su vida a explicar el uso correcto de frases y palabras, a través de su columna en periódicos españoles y de sus dos libros que recopilaban lo mejor de dichas columnas, del mismo título "El Dardo en la Palabra".
Yo tuve la ¿fortuna? de encontrarme con uno de sus libros en el puerto de Santander, España, una noche en la que no tenía mucho que hacer puesto que viajaba yo con dos parejas amorosas. Así que me dediqué a leer sus disertaciones sobre lengua y sintaxis, con relativo gusto, entretenimiento y placer, hasta que llegué a un artículo en el que hablaba del uso de la X en nombres americanos, como en México, Texas, Xochimilco, etc.
En este artículo Lázaro Carreter dejaba muy en claro que se trataba de
una concesión, una especie de favor

el que nos hacía la lengua española al permitirnos pronunciar la X como si esta fuese la muy castellana y bien utilizada J. De esa forma:
la escritura correcta de dichos nombres propios es con J, pero debido a la costumbre y a la búsqueda de identidad se ha insertado el uso de la X, letra extranjerizante y que nada tiene que ver con la lengua castellana.

Vaya fardo en la palabra que tuvo que hacer don Lázaro para explicarse que la J es la letra a seguir, y no cualquier otra. Cuando terminé de leer ese artículo deje de leer los demás, bastante enfadado, poniéndome a pensar en la cerrazón de él y de tantos otros a la modificación de lenguaje a través de los tiempos. Después lo olvidé hasta hace un par de días, cuando me entré de su muerte.
Así que ahora lo escribo, tal vez cobardemente ahora que el atacado ya no está para defenderse, pero la verdad es que no me preocupaba, ni me preocupa, que él ya no esté en el mundo, por lo siguiente:

Querido Fernando:
Estas líneas son sólo para decirte que, aunque en efecto en muchos casos pronunciamos la X como J, y que en estos casos dichas letras bien podrían ser sustituídas una por la otra, como ya lo hacen en España al escribir México con j (¿Méjico?), o Tejas en vez de Texas, en realidad no se trata del mismo sonido, ni de la misma percepción de las cosas, ni del mismo sentido. Lo que nos hace escribirlo de ese modo no es que querramos distinguirnos de la Madre Patria, ni que querramos dejar nuestra huella en "vuestro" precioso lenguaje, sino al contrario, lo hacemos por derecho propio. La lengua española, siento decírtelo, es ahora más nuestra que suya. Mucha más gente habla Castellano en este continente que en tu península, y mucha más gente lo habla en mi ciudad que en tu capital. Así que vamos a escribir México (y Texas, y Xochimilco, y Xicoténcatl) como se nos venga en gana, de aquí a la eternidad, sin dar explicaciones de nada a nadie, porque podemos y queremos, y así va a estar bien escrito, aquí y en China.
Si no querían que su precioso idioma se manchara y se llenara de incorrecciones, lo hubieran pensado antes de conquistarnos brutalmente hace 500 años.

Descansa en paz, aquí te cuidamos el dardo (tuyo), y las palabras (que son de todos).

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