Pues estoy de regreso.
No andaba muerto, ni andaba de parranda. Pero las fechas de las celebraciones de los muertos son buenas para volver, creo yo.
No, no me fui un mes a ningún lado, sólo necesitaba un descanso de estar sentado frente a la computadora. Pero el descanso me gustó, así que duró, y duró, y duró. Hasta que me cansé de descansar de la computadora. Y he vuelto.
También estoy escribiendo de nuevo, sobre todo un par de cosas que me van a tomar un rato acabar y un par de proyectos para concurso que no puedo postear aquí.
Todavía no han pagado el libro de La Pensil los que lo debían haber pagado, así que todavía no sale el nuevo libro a la venta (o al regalo, lo que suceda primero).
Sigo dando clases, ahora ya doy más grupos porque una de las maestras de literatura renunció, así que doy como 11 horas a la semana. También doy un taller de periodismo, dentro de la misma escuela, además de que voy a la universidad y toda esa faramalla, así que las cosas, por ese lado, no van mal.
También sigo enfermo, ya menos, pero sigo enfermo. He estado tan desgastado que eso fue, en gran medida, lo que me hizo dejar el blog por un buen tiempo. De todas formas no creo regresar, por lo pronto, a la frecuencia de un post diario que tenía hace medio año, pero escribiré aquí, eso seguro.
Gracias a los que se están dando sus vueltas por aquí. Como siempre, toda lectura, todos los ojos, son bienvenidos.
Mañana hablaré sobre bacterias, y cosas peores.
¡Saludos y Gracias!
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