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5.7.06

carta abierta

Estimado Vicente:

¡Qué rápido cambian las cosas!, ¿verdad? Me pregunto qué hubieras hecho si hace seis años (por cierto, feliz cumpleaños) el PREP te hubiera puesto en la misma situación en la que hoy se encuentra Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (FJCH), o de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), da un poco lo mismo cuál. Probablemente hubieras clamado que hubo fraude sustentado en 70 años de dominio priísta y tal vez, muy probablemente, hubieras cuestionado e impugnado la elección y peleado hasta el final. Y los que votaron por ti, que fueron muchos, te habrían apoyado en tu lucha, sustentados en el funcionamiento imparcial de una institución como el IFE. ¿O no?

Te pregunto no porque esté defendiendo a uno u otro candidato presidencial y por ello piense que haya algo chueco en la elección, no. Esta carta no está dictada por el fanatismo ni la inclinación política. En realidad yo creo que tan bien, tan limpiamente, tan legalmente, pudo haber ganado tanto FJCH como AMLO, y que con cualquiera de los dos nos iría igual de mal o bien a la gran mayoría de los mexicanos. No, te pregunto porque desde hace dos días tengo muchas dudas, y nadie me las ha podido contestar.

La cuestión aquí es el PREP. Dejemos las cosas claras rápido: los resultados que reportó el PREP entre el domingo 2 de julio de 2006 y el lunes 3 son imposibles. Bueno, no son "imposibles"-imposibles. Digamos que son simplemente muy muy improbables. ¿Qué tan improbables? Digamos que era un millón de veces más probable que la Selección Mexicana de Futbol ganara el mundial, que una muestra aleatoria, como es una elección, diera esos resultados. Alguien modificó las cifras. No lo digo yo, lo dice el conteo de actas que se está llevando a cabo hoy. Así las cosas: ya no hay forma de decir que fue un error humano, es una anomalía estadística, nada. Ya no. Y, ¿sabes qué? Estoy muy triste. Y estoy triste independientemente de quién sea el que gane.

Estoy triste porque yo creía en el IFE.

Me podrás decir, como muchos de mis amigos con los que he hablado, gente de muchas tendencias y niveles de estudio: "¿a poco le tenías tanta fe al IFE? Pues qué iluso, la neta." Pues sí, sí le tenía mucha, muchísima fe. Incluso, cuando veía en las noticias los desviós de los Bribiesca (tus hijos políticos), de los mafiosos rateros del PRD, del cuñado infame de Calderón, o las notas sobre las cuentas inexplicables de Montiel y demás priístas en el extranjero, incluso en esos momentos pensaba, muy para mis adentros: "Pues, al menos, algo funciona en este país: el IFE."

¿Y cómo no creer en el IFE si la identificación oficial es tu credencial del IFE, si hasta para sacar tu propio dinero del banco te piden la mentada credencial, si es casi la única certeza de que existes en este país?

Y resulta que no, que no puedes creer. Y esto me tiene muy mal. Es como si me hubieran dicho, a los cuatro años de manera cruel y sin ninguna consideración previa, que Los Reyes Magos son los papás cuando yo todavía creía otra cosa. Ha sido tan fuerte la desilusión que aún no lo puedo terminar de creer. Pero lo que veo y reconozco no miente: alguien le metió mano, alguien manipuló los resultados que soltaba el PREP para que siempre pusiera a uno de los candidatos arriba del otro, artificialmente.

Me podrías decir que si al final --que todavía puede pasar-- resultó que sí había ganado el que había dicho el PREP, pues qué importa, ¿no?
Pues no.
Sí importa porque de lo que estoy hablando es de confianza, la confianza que nos lleva a todos los que votamos a pensar que nuestro voto va a contar, sin importar las tendencias o preferencias, y que ya cargaremos después con las consecuencias o los frutos de nuestros votos. Es la misma confianza con la que tú llegaste hasta donde estás, es la confianza de todos los que votaron por ti hace seis años, es nuestra confianza en las instituciones del país, y en ti.

En mi incredulidad sólo me queda preguntar no tanto quién, sino: ¿para qué? ¿con qué objeto? Sólo se me ocurren dos posibilidades:
  1. Fue para intentar declarar ganador a uno antes de que se resolvieran los resultados, y eso me asquea mucho por la poca importancia que tiene la gente para los que están en el "poder"; ó
  2. Fue para presionar al otro partido para negociar una elección, eso me da más asco aún, por lo msimo del punto anterior, pero más.
¿Habrá valido la pena traicionar la confianza de tantos mexicanos? Eso lo sabrá el que lo orquestó en cuestión de días, minutos o años, pero lo sabrá. Me temo adelantar un resultado: la respuesta será "no, no valió la pena."

Mira, yo no sé si el de la idea fuiste tú o alguien más. De eso hablaré en el siguiente párrafo. Mientras tanto quiero recordarte un juicio al que nadie en tu posición escapa: el juicio de la historia. ¿Te suena Plutarco Elías Calles? ¿No encuentras algunas similitudes? Pensé que sí...

No te angusties, no. Para que ese juicio empiece todavía falta un rato. Mientras tanto puedes ganar por default: Sal en la televisión diciendo: "Sí, hubo errores y anomalías en el PREP, pero si acaso fueron intencionales yo no estaba enterado; ya lo decía bien Yoda: 'Difícil de ver el lado obscuro es', y no sé en qué momento, ni quién, se pasó de ese lado. No sé qué pasó, lo desconozco. Yo me aseguraré de que cada voto cuente y de que la confianza vuelva, gane quien gane; mi papel histórico es quedar como el Presidente de la Democracia, el Gobierno del Cambio Democrático y por ello sería incapaz de dejar las cosas así." (¿O no es ese, a estas alturas, tu papel histórico, el que estás a punto de perder?) Y ya, te deslindas, y punto. Te juro que yo te creería, en parte porque aún quiero creer, y en parte porque apenas hace un día todavía creía en Los Reyes Magos, y en el IFE.

Ándale, Vicente. Haz algo, pero no nos vayas a dejar así. ¿O ya no te acuerdas de cuando hace seis años ganaste y las multitudes te gritaban: "¡No nos vayas a fallar!"? Pues estás a punto; no nos falles.

Atentamente,
Un ciudadano, como tú.

1 comentario:

Anónimo dijo...

shalala la .. shalala lalala lala ...