Hace ya algunos años yo era muy aficionado a las noticias y a la política. Estoy hablando del 98 o 99. Me leía al menos dos periódicos al día, escuchaba la estación de noticias continuas en el radio y buscaba las entradas editoriales de las revistas y demás publicaciones especializadas en el turbio mundo de lo relativo a la polis.
Baste decir que para el 2000 ya estaba oficialmente harto. Y ese hartazgo me llevó a abandonar los noticieros por entero. Todos: resolví no volver a ver en televisión, radio o periódicos cosas que fueran remotamente informativas, amarillentas, políticas o escandalosas.
Con esto de las elecciones y el mundial me decidí a volver al mundo noticioso. Apenas llevo dos semanas y ya estoy harto de nuevo. A fin de cuentas a mí ni me gusta la política --ni el futbol, para el caso, aunque ese lo entiendo y a veces hasta me emociona.
Así que me retiro de la observación y lectura política. Esta vez incluso espero que sea para siempre. Vivo mejor sin "enterarme". He decidido que, en lugar de las noticias, cada vez que sienta el ansia de "estar al día" voy a leer a Shakespeare, o a Onetti, o a Mann, o incluso a Welsh, o buscaré a Fresán, o a quien sea. Y así no sólo no me angustiaré ni llenaré mi cabeza de banalidades que la historia olvidará en menos de un año, sino que además seré una persona mejor y más feliz.
Así que, queridos políticos, nos vemos en la foto:
(Este lugar está en Royal Tunbridge Wells, condado de Kent, R.U. Debí haberlo sabido antes.)
2 comentarios:
reunidos en consejo, hoy a media noche, los topos acordaron tirar todas las noticias que se habían acumulado por ahí, debajo de la mesa, tras sus orejas, en la suela de sus zapatos, en su memoria, bajo su plato de queso, y hasta en las paredes...
las ardillas festejan las últimas noticias de los topos. ya no sabía qué hacer con tanta acumulación de política irreciclable.
saludos,
cons
Un abrazo, Omegar, en malos tiempos (en tiempos como todos, sí, pero nuestros, y por nosotros).
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