Antes que nada, ayer ya no pude hacer los screenshots de Ubuntu porque ajá. A ver si mañana.
Hoy, en esta v(b)asta y libre tierra de los Internets, circula un video en el que el protagonista se lanza en caida libre involuntaria (su paracaidas no abre) y se estrella con el suelo a no-sé-cuántos kilómetros por hora. El tipo sobrevive sin mayores daños, pero el vértigo es impresionante, sobre todo porque hay dos tomas de la caida: una del compañero de salto que lo ve caer desde la "seguridad" de su paracaidas, y la otra de la cámara en el casco del que salta, en primera persona.
No voy a poner una liga al video, porque eso no es lo importante.
Lo verdaderamente interesante es lo que el imaginar el hecho de caer refleja sobre la naturaleza de cada uno, y de la especie (humana) en concreto, con unas simples preguntas:
¿Cuándo se deja de luchar contra la muerte inminente ante la adversidad? ¿Es cierto que la esperanza muere al último (después de uno, en este caso)? ¿En qué momento el manoteo desesperado por abrir el paracaidas se convierte en el grito de terror resignado?
Recuerdo que en su momento, las imágenes que más me impactaron fueron las de los que se aventaron del World Trade Center en llamas, a su muerte. ¿Qué había detrás de ellos que la mejor perspectiva era el vacío?
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