Soy un pirata, sí.
Me la paso bajando de todo de la red. Minetras me voy a trabajar dejo la computadora bajando torrent tras torrent, a veces lentamente, a veces más rápido.
No me arrepiento ni me siento culpable.
Cuando un juego me gusta, voy y lo compro. Cuando la película me agrada, voy y la alquilo (nunca bajo cosas que pueda ver en el cine, pero juro que si no quitan o reducen el tiempo de los anuncios... y no, las salas baratas no me gustan, los asientos son piedras). Cuando me gusta la música, voy a los conciertos, así les dejo el dinero a los artistas lo más directamente posible.
...
¿Qué pasa cuando no voy a los conciertos de la música que me bajo de la red?
Pues, si no voy, es solamente por una de cuatro razones:
1. Ya está muerto el artista o la mitad del grupo en cuestión. Así que no le hago daño a nadie bajando canciones. No. Los herederos no cuentan. Creo que Sean Lennon y Ziggy Marley han sabido, mal que bien, rascarse con sus propias uñas.
2. Los culeros no vienen a México y, por ende, no puedo irlos a ver. Mala suerte.
3. Me es imposible físicamente (porque no estaré en la ciudad esa fecha, tengo un compromiso previo o bien porque se agotaron los boletos).
4. El grupo no me gustó cuando lo ecuché después de haberlo bajado. En cuyo caso me abstengo de volverlos a escuchar y de compartirlos. Y por supuesto de ir a su estúpido concierto.
Así que soy un pirata. Abordemos, pues.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario