¿Qué es peor que vivir en una ciudad con 24 millones de habitantes, tráfico espantoso, una contaminación atroz, crimen rampante y corrupción a tope, dentro de un país tercermundista? ¿Qué puede ser más malo que vivir en la Ciudad del Fin del Mundo (México, D.F.)?
Yo pensaba que no había nada peor.
Pero hoy estaba haciendo la investigación para un cuento y descubrí que hay muchas, muchas cosas peores.
Por ejemplo: vivir en un país en guerra. Yo hice el servicio militar (PDF), pero fue casi en broma: di clases de alfabetización. De militar no tenía nada. Y la paz va primero que la economía.
Otro ejemplo: vivir en un país que está debajo de la lista de los 100 primeros lugares de la clasificación de la FIFA. Créanme, hay muchos (esta idea surge de pensar, con Rubén y Demián, que, bueno, al menos nuestro país sale en la lista de selecciones de los videojuegos de los mundiales).
Uno más: vivir en un lugar de climas extremos, con poca lluvia o mucho hielo. Esta será la Ciudad del Fin del Mundo y lo que sea, pero tiene un clima fenomenalmente templado. Y el país entero tiene buen clima, y una biodiversidad impresionante y hermosísima, sólo hay que cuidarla de la corrupción y de la contaminación (y, otra vez, volvemos a lo mismo...)
Pero el ejemplo máximo de un lugar peor para vivir es Un País Ficticio.
Como el Dominion of Melchizedek, lugar que no sólo pretende ser un país reconocido por la ONU al reclamar como suyas una serie de islas y atolones deshabitados en el mundo (¡uno de los cuales ni siquiera saben si existe!). Incluso tienen el descaro de declarar que la Antártida es suya y para colmo reclamar como capital ninguna otra ciudad sino Jerusalem, según ellos, sustentados en la Biblia. Sí, claro... Como si no tuvieramos ya en el mundo suficientes paises reales gobernados por fanáticos religiosos...
O como el Principado de Nueva Utopía (Principality of New Utopia), país "en construcción", que no sólo "en vías de desarrollo": el Príncipe de Nueva Utopía (y su muy poco agraciada Princesa) pretenden hacer una serie de islas apoyadas en aguas muy bajas, justo en medio del Mar Caribe, y convertir estas ciudades flotantes en un país con libertad financiera y secreto bancario de estado (algo así como las Islas Cayman, pero en irreal). Simplemente triste...
Otro ejemplo es la República de la Isla de Boon (Republic of Boon Island), una pequeñísima isla de poquísimos habitantes que, como gran atractivo tiene un faro (gran cosa), y que, en Abril de 2003, decidió separarse de Estados Unidos (fenomenal idea) y declarar su propio territorio, su propia moneda y sus porpias leyes y gobernantes. Creo que están a punto de arrepentirse de haberlo hecho porque ahora, a estos pobres ex-gringos, les piden visa para ir a Walmart (jejejejeje)...
Un último ejemplo: el Reino de EnenKio, el cual, desde un atolón en las islas Marshall, el atolón Wake, propiedad de Estados Unidos, reclaman una soberanía, según ellos, antiquísima, y la administración de diversas islas y territorios que les deberían ser devueltos y otorgados. De estos me gusta la bandera...
Ni siquiera me imaginaba que cosas como estas pudieran existir, y mira que a mí se me ocurren cosas, sobre todo de las estúpidas. Pero esto es casi demasiado.
Estoy seguro que hay más, y agradecería que me los enviaran. Casi no he podido parar de reír.
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