Bien, ahora tengo menos calor y puedo seguir escribiendo en ti, estimado blog. Fíjate que es curioso como por meses me da por escribir en ti casi a diario y luego me da por descansar semanas, o incluso hasta meses, como sucedió el diciembre pasado (la excusa, siempre, es el clima: hacía mucho frío entonces, la semana pasada esta habitación era un horno, y así). La verdad es que no tendría por qué ofrecerle disculpas a nadie: después de todo "it's my blog, and I'll cry if I want to". Creo que dejar de escribir en ti de vez en vez me permite no sólo escribir otras cosas, sino además descansar lo suficiente como para para confirmarme que el blog es un buen ejercicio, pero no una exigencia: es un gusto, y los gustos se dejan y se retoman con ídem.
Ahora, proseguiré con la reseña de la presentación del libro, la muy atrasada última entrada de la tiranía del lector, y luego a lo nuevo.
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