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3.6.04

los 15 mejores discos para tocarse sin apretar "siguiente" según yo /4

# 4

Café Tacuba -- Re Posted by Hello
Musicalmente, Café Tacuba destroza al mundo entero. A casi, pero casi, todos.
El Re, apenas la segunda producción de los Cafetos, destroza sin piedad a todos los "grupitos" y "cantantitos" del país, y de buena parte de América Latina y del mundo. Y ya no digamos a los "artistas" (me asombra cuánta gente tiene la poca vergüenza de llamarse a sí mismos "artistas" cuando lo único que hacen es medio entonar y hacer como que bailan o actúan), que son de tal calaña que no me atrevo ni a considerar lo que hacen como música.

(En este párrafo me iba a disculpar con todos los visitantes no mexicanos, pero no lo voy a hacer. Si nunca han escuchado a Café Tacuba están en un gravísimo error auditivo. Escúchen este disco: van a empezar a medir desde aquí a casi todas las bandas, y es un parámetro muy alto.)

Decía que son pocos los grupos que se le pueden poner al tú por tú a Café Tacuba, y lo digo en serio. La capacidad de refiguración, ritmo, musicalidad, ironía y crítica que tienen estos oriundos de Ciudad Satélite, México, es tanta que apenas un puñado de grabaciones en español, jamás, están a la altura de ésta (tal vez alguno de Soda, o de los Babasónicos, o de Lucybell, o ...mmm... Silvio, pero no es ni siquiera el mismo género... no sé, se acepta que me recuerden grupos buenos con discos decentes en español, a ver si entre todos rescatamos más de diez).
Este álbum contiene veinte cortes excelentes, que es más del doble de buenas canciones de las que hace el rockero promedio en su vida. Extrañamente no suena todo a lo mismo: cada canción es diametralmente opuesta a la anterior, y sin embargo es un estilo inconfundible a cada nota. Esto es porque se dan el lujo de reinterpretar casi cada género establecido por el rock, por el pop, por la música tradicional y por las buenas costumbres (todos excepto al mariachi, al que no hace falta ayudar a que se destroce solito).
Y vámonos pista por pista, o casi. El Aparato, que reconstruye el Son (cualquier tipo de Son, caribeño, costeño, jarocho, cubano) y lo convierte en una ficción extraña y sonora; La Ingrata, tal vez su canción más conocida, que todo el mundo ha bailado y cantado, sin darse cuenta, en realidad de que se trata de una profundísima burla al género más vendido (en copias de discos) en México (y casi creo que de todos los géneros en español) que es la música "norteña"; El Ciclón (pero la vida siempre vuelve a su forma circular); El Borrego, canción por la que estuvo a punto de no entrar este disco en la lista, puesto que hasta hace apenas un par de meses (después de tantos años) me di cuenta del golpe profundo al punk y a la hipocresía que es este track, aunque me parece el punto más flojo del disco (Soy anarquista, peronista, pacifista, agresivo... pero en las fiestas sí le meto al Tropical); Esa noche, hermosa pieza que de paso retoma el canto y entonación de las zonas mayas (y si alguna vez regresas con aquella que te amó, sabes no será lo mismo pues también me conoció); 24 Horas, con el ritmo exacto; Ixtepec, fácilmente una de las mejores anti-épicas que se han cantado; Trópico de Cáncer (¿Qué no ves que nuestra mente no debe tomar en cuenta a ecologistas, indigenistas, retrogradistas ni humanistas?); El Metro, canción que me hace sonreír cada que la escucho, siempre; El Fin de la Infancia (seremos capaces de bailar por nuestra cuenta); Madrugal, tan destructivo como constructivo para el género de los tríos; Pez y Verde, grandes metáforas sobre el nacimiento, la muerte, dios y los peces; La Negrita (que vende pescado con limón, que si lleva uno, lleve dos); El Tlatoani del Barrio, rápida tragicomedia post-prehispánica; Las Flores, ah, Las Flores, si al escuchar esta canción no piensan en nadie a quien se la pudieran dedicar, dejen de leer blogs y salgan a la calle a enamorarse, carajo (y miraré tus ojos como si fueran los últimos de este país), además tiene marimba; La Pinta, que así se le llama a saltarse clases, al menos en mi país; El Baile y el Salón, que se queda en tu cabeza (mientras tú me fuiste demostrando que el amor es bailar); El Puñal y el Corazón, punto de estoque cuando uno piensa que no es posible que el disco se vaya ya a acabar y siga siendo tan bueno; y El Balcón, con efecto de grabación antigua sobre el fin y principio de las (in)dependencias americanas.
Ahí está, veinte canciones y ni una sola que no valga la pena por algo, y que son innovadoras, divertidas de escuchar. Para cantar, para bailar, para gritar, para todo hay.
Y si no están de acuerdo, nómbrenme a alguno que, al menos en número, se quede cerca.
No hay más que decir, excepto tal vez...

...papáru-pá-pá
eúeó...

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