Me despertó la llamada-felicitación de Belén, desde Salamanca, para saludarme, platicar conmigo y contarme de las bombas en Madrid. Claro que para ella ya eran más de las 3 de la tarde, pero sólo eran las 8 de la mañana pasadas en México, así que entre impacto por las bombas, el recién despertar y la alegría por su llamada, me tardé un buen rato en carburar que se trataba de mi cumpleaños...
Ahora estoy viendo TVE en su edición internacional, y la verdad es que entre nostalgia y enojo espero que el día vaya pintando mejor...
Debería estar muy ética y moralmente prohibido matar cualquier día que alguien cumpliera años, así se acabarían las muertes intencionales todos los días...
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